
Batman: Año Uno, guionizada por Frank Miller, el autor de Sin city (otra joya) y dibujada por Frank Mazzuchelli en el año 1986, conserva toda la frescura de hace 20 años, contándonos el más clásico de los argumentos actuales de los comics de superheroes: la reedición del origen del personaje, que en breve cumplirá 70 añitos.
La trama avanza sin mirar atrás a lo largo de sus 90 páginas, cruzando el protagonismo entre un recién llegado teniente Gordon a la comisaría de policía de Gotham y la vuelta al hogar del millonario más conocido de Gotham, el pobrecito huérfano Bruce Wayne. Es curioso comprobar como ambos tienen problemas en su similar proposito de limpiar la ciudad de Gotham de corrupción y delincuencia. El primero por la propia corrupción dentro del cuerpo y el segundo en su busqueda de un modus operandi adecuado, algo que apoye sus 18 años de entrenamiento físico y mental con este único fin, hecho que le lleva a vestir el traje por primera vez. Casi diría que se ahonda mucho más en las circunstancias de Gordon que en las de Batman, pasando este a ser un suceso relevante más dentro de la vida de Gordon que al revés. Se necesitan el uno al otro, eso está claro, y se palpa su encuentro inevitable durante las 90 páginas (sin connotaciones gayer...). También hace su aparición la gata, mucho menos sesi que la pfeiffer o la berry pero más letal, aunque sin pena ni gloria y como una anécdota simplemente.

Así que ya sabes, no sabrás que es lo bueno de batman hasta que no hayas leído este.
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